Todo depende de los ojos con los que se mire
Reflexión I
En los últimos años los psicólogos y amantes del coaching han hablado mucho de romper con la rutina, y salir de la zona de confort como ingredientes necesarios en la búsqueda de la felicidad. A pesar de que pueda sonar bien, es algo que muchas veces no depende de nosotros, ya que en ocasiones la rutina es inevitable. Eso sí, muchas veces no podemos elegir nuestra vida, pero sí cómo vivirla.
Sin embargo, ese sentirse arropado y cómodo puede ser muy eficaz. La clave está en buscar un nuevo enfoque, en reinventar nuestra rutina, sin necesidad de escapar de ella. ¿Te atreves?
Empecemos por levantarnos cada mañana con una sonrisa. No vamos a pensar en cuánto odiamos madrugar y vamos a empezar contentos ese nuevo día. Sí, lo sé, a veces no resulta fácil, pero es una cuestión de actitud. No es tanto el qué sino el cómo. Tenemos por delante un nuevo día, 24 horas que nos brindan infinidad de oportunidades. Debemos tratar de afrontar ese día con fuerza y positividad, de ser amables con quienes nos rodean, ayudarles, solo esos pequeños detalles pueden hacernos sentir bien. No olvides, que en gran parte, la felicidad está en uno mismo.
Vivimos corriendo, de un lado para otro, y siempre presionados por el reloj. Creemos, por ejemplo, que un simple trayecto a pie es una perdida de tiempo. ¡Tenemos que olvidar eso! Vamos a intentar disfruta de los paseos en soledad, ya sea para ir a clase, a trabajar, o por iniciativa propia. Solo debes buscar en qué invertir ese tiempo, puede ser tu momento de desconexión y reflexión diaria, y además de inspiración. Conecta tus cascos, pon tu música favorita y déjate llevar. No somos conscientes de la de cosas que dejamos pasar por alto por andar con prisas y desgana, interésate por lo que te rodea, observa los pequeños detalles, a las personas, y sobre todo, relájate.
También cabe decir que el aburrimiento nos aterra. Vivimos con un miedo a caer en una rutina monótona, buscamos escapar de ella cuando ni siquiera sabemos qué es lo que realmente nos gustaría hacer, o en qué invertiríamos el tiempo si estuviese totalmente en nuestras manos. La rutina siempre va a existir, ¿por qué en vez de quejarnos no tratamos de hacerla lo más efectiva posible? ¡Échale imaginación! Te propongo tomar la caña de cada jueves en otro bar, probar un menú o plato nuevo en la facultad, ver una película que, a priori, no sea de tu estilo, o leer un libro recomendado por algún amigo. Pueden ser pequeños cambios que harán esa rutina más flexible, efectiva y también divertida.
En definitiva, no busques salir de la rutina, dale la vuelta y encuentra en ella algo que te haga feliz. Recuerda, todo depende de los ojos con los que se mire.
En los últimos años los psicólogos y amantes del coaching han hablado mucho de romper con la rutina, y salir de la zona de confort como ingredientes necesarios en la búsqueda de la felicidad. A pesar de que pueda sonar bien, es algo que muchas veces no depende de nosotros, ya que en ocasiones la rutina es inevitable. Eso sí, muchas veces no podemos elegir nuestra vida, pero sí cómo vivirla.
Sin embargo, ese sentirse arropado y cómodo puede ser muy eficaz. La clave está en buscar un nuevo enfoque, en reinventar nuestra rutina, sin necesidad de escapar de ella. ¿Te atreves?
Empecemos por levantarnos cada mañana con una sonrisa. No vamos a pensar en cuánto odiamos madrugar y vamos a empezar contentos ese nuevo día. Sí, lo sé, a veces no resulta fácil, pero es una cuestión de actitud. No es tanto el qué sino el cómo. Tenemos por delante un nuevo día, 24 horas que nos brindan infinidad de oportunidades. Debemos tratar de afrontar ese día con fuerza y positividad, de ser amables con quienes nos rodean, ayudarles, solo esos pequeños detalles pueden hacernos sentir bien. No olvides, que en gran parte, la felicidad está en uno mismo.
Vivimos corriendo, de un lado para otro, y siempre presionados por el reloj. Creemos, por ejemplo, que un simple trayecto a pie es una perdida de tiempo. ¡Tenemos que olvidar eso! Vamos a intentar disfruta de los paseos en soledad, ya sea para ir a clase, a trabajar, o por iniciativa propia. Solo debes buscar en qué invertir ese tiempo, puede ser tu momento de desconexión y reflexión diaria, y además de inspiración. Conecta tus cascos, pon tu música favorita y déjate llevar. No somos conscientes de la de cosas que dejamos pasar por alto por andar con prisas y desgana, interésate por lo que te rodea, observa los pequeños detalles, a las personas, y sobre todo, relájate.
También cabe decir que el aburrimiento nos aterra. Vivimos con un miedo a caer en una rutina monótona, buscamos escapar de ella cuando ni siquiera sabemos qué es lo que realmente nos gustaría hacer, o en qué invertiríamos el tiempo si estuviese totalmente en nuestras manos. La rutina siempre va a existir, ¿por qué en vez de quejarnos no tratamos de hacerla lo más efectiva posible? ¡Échale imaginación! Te propongo tomar la caña de cada jueves en otro bar, probar un menú o plato nuevo en la facultad, ver una película que, a priori, no sea de tu estilo, o leer un libro recomendado por algún amigo. Pueden ser pequeños cambios que harán esa rutina más flexible, efectiva y también divertida.
En definitiva, no busques salir de la rutina, dale la vuelta y encuentra en ella algo que te haga feliz. Recuerda, todo depende de los ojos con los que se mire.
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